Una Mujer llamada María, de la ciudad de Betania, en el Israel antiguo, junto con su hermana Marta y su único hermano Lázaro (el que había muerto y ya descompuesto su cuerpo, Jesús lo resucitó), escogió la mejor parte, en las palabras de Jesús al ministrar a Marta que con justa causa se quejaba de ella.
La MEJOR PARTE no es no trabajar en lo más urgente. Es trabajar en lo más importante para la vida…
No es “hacerse el vivo” en las situaciones de necesidad de los otros, el que no ve, no sabe, o no puede, sino ocupar tiempo para encontrar soluciones definitivas…
No es “aprovecharse de la bondad ajena”; es reconocer que uno no es tan bueno como parece y salir a buscar un cambio de vida…
La MEJOR PARTE es invertir en lo eterno para aquí y ahora y para la eternidad, y esa parte nadie nos la puede quitar!